
HOY: Negocios sucios. Deportes. Herencia de sangre. Sebastian.
Nápoles, Italia, año 1906.
Sentados en una mesa con platos de spaghettis y armas aún cálidas, codo a codo hombres de gestos adustos escuchaban atentos a Don Nino Curullo. La oratoria de don Nino desde la cabecera de la mesa, mantenía la atención de su clan. Algunas lágrimas caian por las mejillas de los recios de trajes negros y camisas oscuras y las palabras del capo de la familia retumbaban en el sótano que oficiaba de comedor. Don Nino debía marcharse, sus fechorias habían llegado a su fin; la policia pisaba sus talones y no estaba en los planes del capomafia pasar sus últimos años en prisión. Las últimas palabras que dijo en ese sótano fueron algo asi como ..."Devo marciare, ma i bambini della mia presa continuata bambini alla miniera di anima e seguiran i miei punti"..., algo asi como: debo marcharme, pero los hijos de mis hijos llevaran mi sangre y seguiran mis pasos. Dias después con un pasaporte falso y bajo el nombre de Nino Cuccurullo, junto a su esposa e hijos, subía al barco que tras un largo viaje los depositaría en su nuevo destino, Argentina. La nueva familia ni bien llegada al país se hizo querida en el barrio y pronto Don Nino comenzó a retomar los antiguos negocios. La venta de alcohol y el comercio de mujeres enseguida lo ubicó en una posición económica envidiable. El tiempo pasó; año 1972. Sesenta y seis años después de la última charla en el sótano, el ya finado Don Nino tenía un nuevo descendiente: Sebastián. Los negocios de la familia tuvieron sus altas y bajas, pero nunca se alejaron del camino marcado por la emblemática figura del bisabuelo del recién llegado al mundo. La infancia de Sebastían pasó entre burdeles y partidos de fútbol. A los 15 años de edad, el hijo de un amigo de un conocido de Don Nino le consiguió una prueba en el Club Deportivo Italiano, dicha prueba fué perfecta para la jovén Cuccurullo. El técnico quedó maravillado con su marca y salida clara desde el fondo por lo que el fichaje se llevó a cabo de inmediato. La número "2" se hizo fuerte en el fondo del equipo italianense y los éxitos deportivos tardaron poco en llegar. Los años pasaron y el joven ya no era tan joven, su basta trayectoria en el equipo azzurra lo trasnformaron en una leyenda viviente. En el año 2003 se le organizó el partido homenaje y en su honor se quitó la casaca número 2 del equipo. Después de su retiro de la práctica profesional de fútbol intentó mantener un perfil bajo, procurando no exponerse en lugares públicos que habitualmente frecuentaba. De a poco comenzó a ir los sábados a ver los partidos de Italiano desde el palco y la sangre que corre por sus venas lo empezó a acercar nuevamente a la noche de boites y demás. Algunos dicen que lo vieron en un predio del barrio de Caballito compartiendo un picado con amigos, otros que lo vieron compartiendo una picada con "amigas" en lugares que la gente llama "Cabarulos", de los que se comenta es dueño. Tal vez la sangre de Don Nino siga viva. Tal vez Sebastían continue manejando el negocio de la familia. Tal vez la palabra "Cabarulo" tenga su origen en el apellido Cuccurullo. Tal vez. Pero esa amigos, esa, es otra historia...
Sentados en una mesa con platos de spaghettis y armas aún cálidas, codo a codo hombres de gestos adustos escuchaban atentos a Don Nino Curullo. La oratoria de don Nino desde la cabecera de la mesa, mantenía la atención de su clan. Algunas lágrimas caian por las mejillas de los recios de trajes negros y camisas oscuras y las palabras del capo de la familia retumbaban en el sótano que oficiaba de comedor. Don Nino debía marcharse, sus fechorias habían llegado a su fin; la policia pisaba sus talones y no estaba en los planes del capomafia pasar sus últimos años en prisión. Las últimas palabras que dijo en ese sótano fueron algo asi como ..."Devo marciare, ma i bambini della mia presa continuata bambini alla miniera di anima e seguiran i miei punti"..., algo asi como: debo marcharme, pero los hijos de mis hijos llevaran mi sangre y seguiran mis pasos. Dias después con un pasaporte falso y bajo el nombre de Nino Cuccurullo, junto a su esposa e hijos, subía al barco que tras un largo viaje los depositaría en su nuevo destino, Argentina. La nueva familia ni bien llegada al país se hizo querida en el barrio y pronto Don Nino comenzó a retomar los antiguos negocios. La venta de alcohol y el comercio de mujeres enseguida lo ubicó en una posición económica envidiable. El tiempo pasó; año 1972. Sesenta y seis años después de la última charla en el sótano, el ya finado Don Nino tenía un nuevo descendiente: Sebastián. Los negocios de la familia tuvieron sus altas y bajas, pero nunca se alejaron del camino marcado por la emblemática figura del bisabuelo del recién llegado al mundo. La infancia de Sebastían pasó entre burdeles y partidos de fútbol. A los 15 años de edad, el hijo de un amigo de un conocido de Don Nino le consiguió una prueba en el Club Deportivo Italiano, dicha prueba fué perfecta para la jovén Cuccurullo. El técnico quedó maravillado con su marca y salida clara desde el fondo por lo que el fichaje se llevó a cabo de inmediato. La número "2" se hizo fuerte en el fondo del equipo italianense y los éxitos deportivos tardaron poco en llegar. Los años pasaron y el joven ya no era tan joven, su basta trayectoria en el equipo azzurra lo trasnformaron en una leyenda viviente. En el año 2003 se le organizó el partido homenaje y en su honor se quitó la casaca número 2 del equipo. Después de su retiro de la práctica profesional de fútbol intentó mantener un perfil bajo, procurando no exponerse en lugares públicos que habitualmente frecuentaba. De a poco comenzó a ir los sábados a ver los partidos de Italiano desde el palco y la sangre que corre por sus venas lo empezó a acercar nuevamente a la noche de boites y demás. Algunos dicen que lo vieron en un predio del barrio de Caballito compartiendo un picado con amigos, otros que lo vieron compartiendo una picada con "amigas" en lugares que la gente llama "Cabarulos", de los que se comenta es dueño. Tal vez la sangre de Don Nino siga viva. Tal vez Sebastían continue manejando el negocio de la familia. Tal vez la palabra "Cabarulo" tenga su origen en el apellido Cuccurullo. Tal vez. Pero esa amigos, esa, es otra historia...
10 comentarios:
Lo felicito por haber recaudado tanta infotmación y veídica. No sé como pudo averiguarlo. Yo mantengo un perfil bajo, pero ahora me lo va a hacer cambiar usted, ya que sacó a la luz cosas de mi intimidad. Preparesé para lo que se le viene. Va a conocer a otro Cuccurullo. Voy a mover cielo y tierra para encontrarlo. Y sabe lo que le va a pasar...no?. Lo voy a...........felicitar y darle un abrazo por trar tan grato recuerdo a mi memoria
Yo sabia que de algun lado venia esa mirada libidinosaaa y pendencieraaaaaa.
Haaaaaaaa los GENESSSSSS
Un detalle vieron que toma la coca cola PURAAAAA.
Un reciooooooo
Yo soy asi, soy macho y si querés me tomo también la seven-up pura.
Yo al cucu no me le acerco mas.-
Quien dice en una de esas endiabladas calenturas saca una 42 y te deja como un colador
Marcelo
Si es un peligro para la sociedad
Un malhechor en potenciaa
Hay que vigilarlo de cerca
Sr memorioso seria muy bueno investigar los antepasados de el Sr Gouarderes.
Habra venido de algun pais donde el agua era muy escasa ?
Donde bañarse era un lujo para POCOS?
Lindo tema le dejo Olivares
HAAAAA
Los cucurulo flore de quilombero eran
Mascalzoneeeeeeeeee
El sebastiane e pintaba lindo ese borbolino,le pegaba a la pelota como lo dioseeee
Para la próxima edición se viene una historia con aroma de provoleta... esté atento Sr.Gouarderes.
Io sono Italiano. Per favore, domanni dequemen metere goles que sino lo amasso.
Desconocía la historia del Sr. Cuccurullo. Apasionante historia....aunque un poco escalofriante. Tengamos cuidado y a Sebastián por las dudas no lo hagamos enfadar.
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